Crimenes contra la HUmanidad, "Lesa Humanidad"

Afectados por el robo de bebés denunciarán a España por crímenes contra la humanidad

Anuncian que acudirán al Tribunal Europeo de Derecho Humanos porque en nuestro país existen “presiones políticas” para no investigar los posibles delitos

Un tercer análisis de ADN insiste en que el cadáver que enterraron Eduardo y Nuria no es el de su hija, pero su caso ha sido cerrado

De izquierda a derecha, Celia Maldonado, Angustias Rodríguez, Eduardo Raya y Gloria Rodríguez muestran pruebas aportadas a los juzgados sobre sus casos de supuesto robo de bebés (J.L.G.)
Se les ha agotado la paciencia. Representantes de dos de las asociaciones de afectados por el robo de bebés en nuestro país entre 1940 y 1992 han anunciado que denunciarán el reino de España ante el Tribunal Europeo de Derecho Humanos de Estrasburgo por crímenes contra la humanidad, y ante las “presiones políticas” que dicen se están produciendo para que la justicia nacional no investigue estos posibles delitos. Como caso más flagrante exponen el de los denunciantes pioneros, Eduardo Raya y Gloria Rodríguez, que esta semana han obtenido un tercer análisis de ADN del cadáver del bebé que enterraron en 1990. Como en los dos anteriores, el test acredita que esos restos no pertenecen a su hija, pero su caso ha sido archivado por un juzgado de Granada.
“Por encontrar a mi hija llegaré a Estrasburgo y a la luna si hace falta. Y todas las asociaciones estamos en ello”. Con esa contundencia se expresa el abogado granadino Eduardo Raya, el primero que denunció en nuestro país un presunto caso de robo de bebés. Eduardo es a su vez presidente de la asociación Afectados por Desaparición de Niños en Democracia (ADN-D), pero en su comparecencia pública le secundaron dos representantes de la Asociación de Bebés Robados de Andalucía (Aberoa), Angustias Rodríguez y Celia Maldonado, y además Raya aseguró tener además el apoyo explícito de los otros dos colectivos de nuestro país, la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir) y SOS Bebés Robados, que están en la misma tesitura respecto a acudir al Tribunal Europeo de Derecho Humanos una vez agoten aquí la vía judicial.
“Si no en España, esto va a salir fuera, porque son los crímenes más espeluznantes cometidos en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”, ya que son “decenas, tal vez centenares de miles”, los damnificados “porque una serie de señores decidieron que nuestros hijos crecieran con quienes ellos dijeran”, explica Raya. Por lo pronto, él ha sido además el primero en presentar una queja formal ante el Parlamento europeo, “y van a venir más” de otros afectados, porque “el reino de España está vulnerando los derechos fundamentales más elementales”. El dictamen del Parlamento no es vinculante, pero otra cosa muy distinta será el Tribunal de Estrasburgo, cuyas decisiones sí son de obligado cumplimiento para los estados.
Según el criterio de los juristas que asesoran a estos colectivos, el robo sistemático de niños, investigados incipientemente por la Audiencia Nacional para el periodo 1940-1955, y con miles de denuncias más presentadas sobre hechos ocurridos hasta 1992, constituyen delitos de lesa humanidad tipificados en el artículo 607 bis de nuestro Código Penal y en el derecho internacional, por tratarse de un ataque sistemático y organizado contra la población civil, en este caso las madres y sus hijos, con grave sufrimiento para la salud mental o física de quien los padece.
“Son madres que han llorado un entierro y ahora están llorando porque las tumbas están vacías y no saben dónde y cómo se están criando sus hijos”, apostilla Angustias Rodríguez, quien asegura haber hablado los últimos días “con madres que fueron internadas en manicomios para que dejaran de preguntar” y con “hijos que incluso han sido desheredados por empeñarse en buscar a sus padres verdaderos”. Ella misma busca a su hermana, nacida en 1963 en Loja (Granada), pero cuya tumba no ha logrado encontrar en ningún cementerio de la provincia. No existe la menor referencia de ese entierro. Algo parecido a lo que le sucede a Celia Maldonado, cuyo hermano nació en 1967 y fue dado por muerto tras el parto, pero ahora, al querer desenterrarlo, se encuentran con que no está en el nicho que les dijeron, sino que presuntamente se encontraría en una fosa común cuya apertura se le niega por estar los cuerpos “todos revueltos” y ser “demasiado costosa” su identificación.
Hasta ahora, el caso paradigmático ha sido el de Eduardo y Gloria no sólo por constituir la denuncia pionera en España, sino porque, al haber ocurrido los hechos en 1990, acumularon suficientes pruebas como para que la causa fuera asumida en primera instancia por la propia Fiscalía. De hecho, Raya revela que, de los cinco médicos involucrados, tres siguen ejerciendo y otros dos se han jubilado “con todos los honores”, a pesar de que uno de ellos ya fue condenado por la Audiencia de Granada en 1993 por la adopción irregular de un recién nacido.
Antes incluso de acudir a la justicia, Eduardo y Gloria consiguieron desenterrar el cadáver de la que creían su hija y hacerse pruebas de ADN con los laboratorios Tecnogen y Genómica, los cuales dictaminaron que los restos no podían pertenecer a una hija suya. Sin embargo, posteriormente el Instituto Nacional de Toxicología dijo no poder encontrar ADN en esos restos. “Y lo dijo cuarenta días antes de que se le enviaran las muestras, de lo cual se deduce que el resultado estaba predeterminado”, denuncian. Esta misma semana Eduardo y Gloria han recibido un tercer análisis, esta vez del laboratorio Labgenetics, sobre las mismas muestras que se mandaron a Toxicología, unos cabellos, y “sorprendentemente se nos informa que esos pelos están en bastante buen estado, habiéndose podido extraer ADN mitocondrial, y que en base al mismo se puede concluir que dichos restos no pertenecen a una hija nuestra”.
Eduardo Raya muestra los resultados de los tres análisis de ADN que acreditan que el bebé que enterró en 1990 no era su hija (J.L.G.)
Raya apunta directamente al departamento toxicológico dependiente del Ministerio de Justicia, que dirige Alberto Ruíz Gallardón, porque hasta ahora en los dos únicos casos que se ha pronunciado fueron los de Albacete y Zaragoza, para decir que los restos desenterrados se correspondían con los hijos de los denunciantes, pero en cambio en el resto de exhumaciones practicadas por el presunto robo de bebés, más de una veintena ya, siempre argumentan que no hallan ADN. “Lo encuentran de dinosaurios del jurásico, del hombre de Orce o de los antiguos egipcios, pero no de enterramientos de hace unas décadas”, lamenta son sorna.
Por eso, “yo aquí veo presión política para no investigar”, para que el Estado no asuma la responsabilidad patrimonial “descomunal” derivada de posibles delitos cometidos en centros públicos, como son los hospitales, y para que “no se airee el descrédito que supone la relación de hasta primer grado de algunos implicados con políticos de primera fila de nuestro país”. Preguntado sobre este extremo por los periodistas, Raya apuntó en su comparecencia a la denominada “trama vasca” de robo de bebés, en la que, según ha publicado la revista Interviú, podría estar involucrado el padre de Jaime Mayor Oreja.
En este sentido, Raya dice expresar la opinión unánime de las asociaciones de afectados al apuntar que el ministro Gallardón “tiene que ponerse las pilas, basta ya de brindis al sol que sólo es palabrería, puro teatro. Dice que nos prestará apoyo psicológico y que ha creado cien oficinas, y yo no he visto ninguna, porque lo que quiere es lavarse la cara”.
En su caso particular, Eduardo y Gloria denuncian que tanto la jueza como la Fiscalía de Granada “están obsesionadas con el archivo de la causa”, y por eso lo han hecho en base a una “prueba falsa” que “milagrosamente, veinte años después, el Hospital Clínico se sacó de la manga”. Se trata de un trozo de hígado conservado en parafina que dijeron pertenecía a su hija, y al cual las instancias judiciales han otorgado credibilidad a pesar de que el propio Instituto de Toxicología dice que es de “un niño con hepatitis”, no de un bebé, y en contra además del criterio del director del Departamento de Anatomía Patológica del Hospital Clínico de Barcelona, doctor Bruguera, que tras analizarlo ha dictaminado que en ningún caso puede pertenecer a un recién nacido de corta edad.
Por éstas y muchas otras “irregularidades” que ha detectado en su expediente, Eduardo y Gloria han recurrido el archivo de su causa ante la Audiencia de Granada, y además han presentado una denuncia ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía contra el departamento de Policía Nacional de Granada. “Me siento presionado y amenazado, se me ha imputado en un delito de falsedad documental de otro señor, que yo no he cometido” y curiosamente “ha sido el mismo grupo policial y el mismo juzgado” que llevaba el caso del presunto robo de su hija. Eduardo ya ha demostrado que no tenía nada que ver con ese otro delito, pero “se me ha infligido un daño moral y económico, la policía tenía datos míos que no debía poseer, me siento investigado y amenazado, porque son demasiados errores policiales ya”, sospecha.
Raya pidió la imputación de 15 personas, pero ni siquiera han sido interrogadas. “¿Cuántas pruebas necesitan para tomar declaración a los médicos y demás personal sanitario? ¿Por qué tanto miedo a interrogarlos, con la multitud de contradicciones que se recogen en el expediente? ¿Hemos de encontrar nosotros a nuestra hija y ponerla encima de la mesa de la juez para que continúe la investigación o ni tan siquiera así se atrevería a interrogar a los médicos y matronas intervinientes?”.


Hospital Santa Cristina

En la madrileña calle O’Donnell se encuentra situado el Hospital Universitario Santa Cristina, inaugurado en 1924
 por sus Majestades el Rey Alfonso XIII y la Reina Victoria Eugenia. En sus comienzos la entonces llamada Escuela de Matronas y Casa de Salud Santa Cristina tenía por finalidad el “alivio de mujeres desvalidas y enseñanza teórica y práctica de Matronas”, en una época en la que la asistencia al parto se realizaba fundamentalmente por “comadronas” en el domicilio de la parturienta. Por esa razón se dice que la reina pretendía inducir y con buen criterio que toda la sociedad adoptase la costumbre de acudir a una maternidad para tener sus hijos, a tales efectos solicitó la ayuda de la nobleza y les pidió a las mujeres embarazadas que acudieran a la Casa de Salud con la fundada esperanza que el resto de la población siguiera el ejemplo.

A mediados del siglo pasado el hospital pasa a depender del Ministerio de Educación y Cultura hasta 1987 en que se integra en la red sanitaria del INSALUD siendo desde entonces Hospital de Referencia del Área 2 para la Especialidad de Obstetricia y Ginecología. No obstante y a pesar de esta integración la disminución de la natalidad en España ponía en situación difícil la viabilidad del centro como hospital monográfico materno-infantil.

Es a partir de la integración en el INSALUD que el hospital comienza paulatinamente a reconvertirse en Hospital General incorporando a su Cartera de Servicios nuevas especialidades como Medicina Interna, Urología, Oftalmología, Traumatología, Rehabilitación, Reumatología y posicionándose en la sanidad madrileña como hospital de apoyo para reducir lista de espera quirúrgica o proporcionar camas de medicina interna a otros hospitales de la Comunidad.

Es indudable que esta reconversión exigía cambios culturales y organizativos en los trabajadores del centro, pero también demandaba cambios arquitectónicos que permitiesen acometer las nuevas actividades con un grado de confort y funcionalidad que demandaba la sociedad la sociedad contemporánea.
En la actualidad el Hospital se compone del Edificio B o de consultas externas inaugurado en diciembre 2001, el Edificio A (Bloque quirúrgico) y hospitalización, inaugurado en diciembre de 2006.

http://es.paperblog.com/calle-doctor-esquerdo-y-su-entorno-parte-1a-350332/
Casa de Salud y Escuela de Matronas de Santa Cristina
Alzado principal. Luís de Landecho, 1904
Antigua Casa de Salud y Escuela de Matronas de Santa Cristina, obra de Luís Landecho y Jordán de Urríes fue construido entre 1904 y 1924 y se encuentra en la calle O’Donnell con fachadas en Maestro Vives y Duque de Sesto. Para su autor: “El fin primordial que había de satisfacer es el de dar instrucción a las matronas, así en la asistencia a los partos como en los cuidados primeros que necesitan los recién nacidos; para ello es necesario que, al menos por algún tiempo, vivan las matronas en el edificio… Sobre estas bases se ha trazado el edificio, calculándose su capacidad sobre un promedio de mil partos anuales y doce matronas en pensión“

En el periodo 1936-39 se construye un refugio subterráneo. Tras la Guerra Civil se acometen obras de reparación y a finales de esa década se eleva una cuarta planta sobre algunas zonas, acondicionándose parte del espacio bajo cubierta del ala sur. Diversas obras de reforma y ampliación en las décadas de 1950 y 1970, y en 1982, nuevas obras de reforma interior para adecuación a las necesidades hospitalarias. En 1987 se transfiere al Insalud y en 1990 se realiza su estudio histórico y arquitectónico a fin de planificar su adaptación a nuevos requerimientos funcionales. En 1994 se inician obras de ampliación, sobre un solar situado al otro lado de Maestro Vives junto al Ambulatorio, y de reordenación del edificio original, conectándose ambos mediante una galería subterránea bajo la calle. (Ver texto íntegro en la Guía de Arquitectura de Madrid del COAM, Madrid, 2003)

Teniendo en cuenta el papel de apoyo del Hospital Universitario Santa Cristina al resto de Hospitales de la Red Pública Sanitaria de la Comunidad de Madrid, estamos continuamente abiertos al cambio, con pequeñas remodelaciones estructurales que permiten adaptarnos a las necesidades de la red sanitaria pública.
De esa forma está ampliando la cartera de servicios con nuevas especialidades como Cirugía Plástica, Neurofisiología, Cirugía Vascular Periférica, Cardiología, Neumología, y la apertura de una U.V.I.

Otros de los puntos fuertes del Hospital es el apoyo que continuamente se ofrece a los hospitales que están en obras, Cirugía General del Hospital de la Princesa, durante las obras de remodelación de las quirófanos del Hospital) Cirugía General y Oftalmología de la Cruz Roja y ahora el Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Área XI en pleno.

El Hospital Universitario Santa Cristina, está compuesto por dos edificios de fachadas bien diferentes, una clásica y otra actual, que cuentan con espacios diseñados para que pacientes y trabajadores sientan la calidad del hogar dentro del ambiente sanitario; y están dotados de los últimos avances tecnológicos.

Los afectados por las irregularidades de la Clínica San Ramón han abierto un grupo en Facebook: "LA VOZ de los Adoptados "Afectados por el tráfico de menores en donde pueden leerse cientos de testimonios, a su vez acogen asociados nacidos en la Maternidad de O´Donnell y Santa Cristina
Algunos ejemplos:

En mi caso también aparece Caritas Diocesanas, mis padres estuvieron pagando unos recibos mensualmente, como ayuda a otros niños que estaban aun sin adoptar, y pagaban la cantidad de 1.500 pesetas desde el 1974 hasta el año 1987 así que echar cuentas de todos los recibos que mis padres pagaron a AEPA, no solo los gastos de la adopción en sí, sino que ellos pagaron durante todos esos años mes a mes las 1.500 pesetas....

Mª Rosario Vegas Pérez. El contacto de la AEPA con Santa Cristina se llevó a través de Sor María Gómez Valbuena
 Ellos pagan los gastos de alumbramiento y se quedan con el recién nacido”, reconocía el propio Guijarro, quien había ocupado la Fiscalía General del Tribunal Supremo, en una entrevista también en el diario de PRISA. Incluso, en ese texto, Guijarro afirmaba en 1978 que la adopción no estaba controlada por el Estado.
Relación de profesionales que aparecen en diversas partidas de nacimiento y de testimonios recogidos por las web:
-Doctor Gregorio Guijarro Fundador Fiscal del Supremo 
-José María Cruz abogado y secretario general de la nombrada Asociación, fue sucesor de Guijarro
-Sor María Gómez Valbuena hermana de la Caridad y Asistente Social en la Maternidad Santa Cristina. 
-Doctor Antonio Pérez Esteban colegiado 15.357, 
-Encargado Luis Torres Pérez 
-Secretario Antonio de Lorenzo y Sánchez.
-Notario Don Enrique Fosar Benlloch,
-Encargado Don Fernando de Chavarri Revuelta 
-Secretario Don José de la Cruz Castillo.
-Procurador Jose Manuel de Dorremochea Aramburu, la dirección de Dorremochea es Viera y Clavijo, teléfono 9143336502.
-Secretario Joaquín Seoarene Rodrigo
-Angelines de Caritas diocesana de Madrid
-Doctor D. Luis Reina colegiado 17617
-Juez: D. Luis Mendizábal Oses de AEPA
-Maria Rosario Vegas Pérez.
-Letrado: Sr. Cruz Caballero.
-Maribel de la Vega, asistente social 
-Ignacio Villa Elízaga. Villa, muy cercano al Opus, firmaba las adopciones como jefe del Departamento de Neonatología de la clínica Santa Cristina de O’Donnell (Madrid). --Asociación Española para la protección de la Adopción (ubicada en mismo edificio que el Tutelar de Menores y protegida por él y caritas) llamada AEPA
-María del Rosario Vegas asistente social de dicha asociación
-Maria Isabel de la Vega, asistente social de dicha asociación como muchos del 81
-Amalia Franco abogada y asesora de dicha asociación
-Eduardo Vela Vela, médico y director del Sanatorio San Ramón
-Consuelo Rodríguez Martines, declarante en las partidas de estos niños adoptados en calidad de Encargada del Sanatorio S. Ramón 
-Gloria Díaz Hernández matrona de Vela
 gotas de lluvi

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Doña Mercedes, como siguen refiriéndose a ella aquellas mujeres, llegó a tener en alquiler ocho viviendas en cada una de las cuales había una media de entre 10 y 22 chicas en periodo de gestación. "Todas le teníamos miedo. Era una mujer muy soberbia, muy rica. Siempre iba muy enjoyada. Tenía varios abrigos de piel. Casi no hablaba con nosotras. Solo venía, nos tocaba el vientre y calculaba el tiempo que nos faltaba para dar a luz", recuerda Dolores Chumillas, una de las chicas que fue a parar a uno de aquellos pisos. En su caso, fue captada por Fernando Ayala, un cura que remitía a los pisos de doña Mercedes a las jóvenes que conocía en la parroquia de San Nicolás de Bari. 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"El 90% eran adolescentes", añade. "Eran nuestros padres los que nos metían allí, pero algunas aceptaban que las internaran en aquel piso como una forma de ocultar el embarazo y luego deshacerse del niño. Otras, como yo, que tenía 17 años, estábamos allí forzadas por nuestros padres y no queríamos dar a nuestros hijos", recuerda. "Mi padre estuvo reprochándome durante años el dinero que le había costado mi estancia allí. Cada mes, según me dijo, tenía que pagarle a doña Mercedes 25.000 pesetas. Solía decirme que con ese dinero podía haberse comprado un piso". La red de viviendas de Herrán de Gras estaba pensada para las hijas deshonradas de familias burguesas. Pero doña Mercedes tenía tantos compromisos con matrimonios que querían adoptar que también acogió, aunque en condiciones bien distintas, a mujeres como Dolores Chumillas, sin dinero o apoyo familiar de ningún tipo. En estos casos, eran curas como el padre Ayala y monjas como sor Juana Alonso, superiora de la casa-cuna de Tenerife, quienes localizaban a las jóvenes embarazadas y las remitían a doña Mercedes. "Lo teníamos muy bien organizado. Yo he ido más de una vez a Bilbao. Ella tenía madres que iban a dar a luz y de vez en cuando nos llamaba y nos decía: 'Id preparando a los padres para que vayan a verlo'. Doña Mercedes también me llamaba cuando tenía algún compromiso y nos pedía un niño, y a veces “La señora de Gras dijo a mis padres que no volvieran en tren, que fueran en taxi a Madrid” Mercedes Herrán, más conocida como Mercedes de Gras, regentaba una red de pisos en Bilbao, en los que alojaba a mujeres embarazadas llegadas de todo el país. Esos bebés eran dados en adopción, en muchos casos sin el consentimiento de la madre, una trama de robo de bebés que De Gras lideraba. Ella misma se encargaba de buscar a los padres adoptivos. Paola Romero Rodríguez nació en uno de esos pisos de Bilbao. El hijo de Mercedes Herrán, Luis Gras Herrán, también adoptado. Éste asegura que no tiene documentación de las adopciones que llevó a cabo su madre y que todo lo entregó en la Diputación, en Bienestar Social. “No he conseguido averiguar nada sobre mi madre biológica. No tengo muchas esperanzas, además la Administración no colabora". Con Mercedes Herrán colaboraron varios médicos, curas y una pequeña red de monjas –de las Hermanas de la Caridad de Canarias, Madrid, Valencia y otros puntos del país–, que enviaban y pedían recién nacidos. El intercambio de bebés de una punta a otra del Estado español y la falsificación de documentos garantizaba que esos niños no iban a ser encontrados por sus padres biológicos. Paola Romero, Paula en los documentos de adopción, figura que fue adoptada “en forma plena” desde el primer día, según consta en la partida de nacimiento literal. En ese documento figuran los datos del funcionario y los del secretario. 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